Encuentra tu confianza en Dios como tu socio, tu amigo más incondicionalmente amoroso y leal. Haz lo mejor que puedas para conectarte con Dios. Permite que esa Presencia Sagrada infunda tu humanidad. Cuando practicas esa conexión divina, vas a comenzar a entender, que es la tercera ley del Espíritu. Lo que sigue es la cuarta ley del Espíritu - el entusiamo - entusiasmo por tu vida tal cual es, sin necesidad de que sea diferente.-John Morton, DSS